Cómo prevenir la fatiga visual y mental en videollamadas

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mayo 7, 2025

La transición global al trabajo remoto ha traído consigo numerosos beneficios, pero también nuevos retos para nuestra salud mental y visual. Uno de los más extendidos es la conocida fatiga de Zoom, una forma de agotamiento físico y emocional provocada por el uso intensivo de videollamadas. Este fenómeno no solo afecta a la productividad, sino que también repercute en el bienestar general de quienes pasan largas horas frente a la pantalla.

En este artículo exploraremos en profundidad qué es la fatiga de las videollamadas, cómo se manifiesta en el entorno laboral y terapéutico, y qué estrategias prácticas puedes aplicar para reducir sus efectos. Desde el descanso visual hasta soluciones tecnológicas como Digital Samba, aprenderás a proteger tu vista, tu concentración y tu salud mental en la era del teletrabajo.

Índice de contenidos

  1. ¿Qué es la fatiga de Zoom?
  2. ¿Cuáles son las causas de la fatiga Zoom?
  3. El cansancio del zoom en la psicoterapia en línea
  4. Cómo combatir la fatiga del Zoom
  5. Samba digital para la terapia virtual

¿Qué es la fatiga de Zoom?

La “fatiga de Zoom” es un término que ha ganado popularidad desde el auge del teletrabajo y las videollamadas durante la pandemia. Se refiere al agotamiento físico, mental y emocional que sienten muchas personas tras pasar largos periodos participando en reuniones virtuales. Aunque el término se asocia comúnmente con la plataforma Zoom, aplica a cualquier herramienta de videoconferencia como Google Meet, Microsoft Teams o Digital Samba.

Una nueva forma de agotamiento digital

A diferencia del cansancio laboral tradicional, la fatiga Zoom se manifiesta por la sobreexposición a estímulos visuales artificiales, la falta de movimiento y la constante exigencia de atención frente a una pantalla. Esta situación altera nuestra capacidad de concentración, incrementa la ansiedad social y afecta directamente al bienestar general.

Participar en varias reuniones online al día no solo agota por la duración de las sesiones, sino también por el tipo de interacción. A diferencia de una charla presencial, las videollamadas requieren mayor esfuerzo cognitivo para interpretar gestos, voces e intenciones en un entorno plano y reducido.

Cómo se manifiesta

Los síntomas pueden variar entre personas, pero entre los más comunes se encuentran:

  • Cansancio ocular y visión borrosa tras largos periodos frente a la pantalla
  • Dolores de cabeza o cervicales
  • Dificultad para mantener la atención en reuniones prolongadas
  • Sensación de sobrecarga mental o saturación
  • Irritabilidad o falta de motivación tras múltiples videollamadas
  • Sensación de “estar en escena” de forma constante

La exposición continua a estas dinámicas puede incluso influir en la calidad del sueño, aumentar la ansiedad social y afectar las relaciones laborales o terapéuticas.

¿Por qué es un problema creciente?

El problema no es solo la cantidad de videollamadas, sino cómo están estructuradas. Reuniones sin pausas, falta de movilidad, interfaces que muestran constantemente nuestro propio rostro y el esfuerzo por parecer atentos en todo momento generan un entorno antinatural y agotador. Esto, a largo plazo, puede comprometer la salud visual y mental de los trabajadores, terapeutas y pacientes por igual.

Reconocer la fatiga de Zoom como un fenómeno real es el primer paso para abordarlo. En las siguientes secciones, exploraremos sus causas específicas, cómo se manifiesta en entornos sensibles como la psicoterapia y qué medidas prácticas pueden ayudar a combatirla de forma efectiva.

¿Cuáles son las causas de la fatiga Zoom?

La fatiga Zoom no es solo una sensación subjetiva, sino una respuesta real de nuestro cuerpo y mente a condiciones prolongadas de videollamadas. Estas son las principales causas:

1. Contacto visual intenso y prolongado

Durante las videollamadas, sentimos la obligación de mantener el contacto visual, incluso cuando no hablamos. Este nivel de atención constante no ocurre en las interacciones presenciales y puede generar incomodidad y estrés visual.

2. Sobrecarga cognitiva

Interpretar gestos, tono de voz y expresiones faciales a través de una pantalla pequeña requiere más esfuerzo mental. Las señales no verbales están limitadas, lo que obliga al cerebro a trabajar el doble para entender el contexto de la conversación.

3. Autovisión constante

Ver nuestro propio rostro mientras hablamos puede provocar una autoevaluación constante. Esta “ansiedad del espejo” genera distracción, incomodidad y afecta la espontaneidad de nuestras respuestas.

4. Falta de movilidad física

Permanecer inmóvil para estar bien encuadrado en cámara limita nuestros movimientos naturales. A diferencia de las reuniones presenciales, donde puedes cambiar de postura o caminar, las videollamadas tienden a mantenernos rígidos, lo que contribuye al cansancio físico.

5. Presión para actuar y estar “presentable”

El entorno digital genera una sensación de estar permanentemente “en escena”. Esta presión de verse profesional, atento y activo en todo momento puede generar ansiedad y fatiga emocional.

Fatiga del Zoom en la psicoterapia en línea

El uso de la videoconferencia en psicoterapia ha facilitado el acceso a la salud mental, pero también ha introducido nuevos retos. La “fatiga Zoom” afecta no solo a los pacientes, sino también a los propios terapeutas, que deben prestar atención constante a señales emocionales en un formato que limita la comunicación no verbal.

Carga emocional y cognitiva constante

Las sesiones terapéuticas requieren una presencia emocional profunda y escucha activa. En formato online, esto se intensifica: el terapeuta debe centrarse en expresiones sutiles, matices del tono de voz y lenguaje corporal limitado. Esta concentración sostenida, a menudo sin pausas visuales o físicas, agota tanto la mente como las emociones. Para el paciente, hablar de temas sensibles desde casa —a veces sin un entorno privado— añade una carga emocional extra.

Dificultades con las señales no verbales

En psicoterapia, los gestos, microexpresiones y posturas son herramientas esenciales para evaluar el estado emocional del paciente. Las plataformas de vídeo restringen el campo de visión al rostro o los hombros, eliminando señales clave como movimientos de las manos, postura corporal o cambios sutiles de energía. Esto obliga al terapeuta a compensar con una mayor atención mental, lo que incrementa la fatiga cognitiva.

Autoconciencia y ansiedad del espejo

Muchos pacientes y terapeutas ven constantemente su propia imagen durante las sesiones. Esta exposición puede generar incomodidad, distracción e incluso vergüenza, dificultando el proceso terapéutico. El fenómeno conocido como “mirror anxiety” se asocia con un aumento de la autocrítica y la desconexión emocional.

Restricción física y postura rígida

Tanto terapeutas como pacientes suelen permanecer sentados en una misma posición durante la sesión, tratando de mantener una buena imagen frente a la cámara. Esta inmovilidad prolongada puede causar molestias físicas, rigidez muscular y disminuir la concentración.

Dificultad para marcar límites

En las sesiones presenciales, hay un cambio de entorno que ayuda a establecer límites mentales entre la terapia y la vida cotidiana. En cambio, cuando las sesiones se realizan desde casa, esos límites se difuminan. Esto puede generar una sensación de continuidad emocional que impide desconectar tras la sesión, lo cual afecta al bienestar general, especialmente en terapias intensivas.

Cómo combatir la fatiga del Zoom

Aunque las sesiones virtuales de psicoterapia son esenciales para la continuidad del cuidado mental, existen formas prácticas de reducir el agotamiento que provocan. A continuación, se presentan estrategias respaldadas por la investigación para hacer frente a la fatiga visual, emocional y cognitiva derivada de las videollamadas:

1. Hacer pausas visuales entre sesiones

Permitir al cerebro y a los ojos descansar de la pantalla reduce la sobrecarga cognitiva. Los terapeutas pueden espaciar las sesiones o programar microdescansos entre clientes. Los pacientes, por su parte, pueden aplicar la regla 20-20-20: cada 20 minutos, mirar algo a 20 pies (6 metros) de distancia durante 20 segundos.

2. Apagar la autovisión

Ocultar la vista propia en la videollamada puede reducir significativamente la “ansiedad del espejo”. La mayoría de las plataformas, incluida Digital Samba, permiten desactivar la autovisión mientras se sigue siendo visible para el interlocutor. Esto ayuda a centrarse en la conversación sin distracciones visuales propias.

3. Fomentar el movimiento físico

Los terapeutas y pacientes pueden acordar momentos breves para estirarse o ajustar la postura. Utilizar escritorios ajustables o realizar partes de la sesión caminando (por teléfono o con cámara encendida parcialmente) también puede aliviar la tensión física.

4. Establecer un espacio físico y mental para la terapia

Contar con un entorno específico para las sesiones ayuda a delimitar mentalmente cuándo se está “en terapia” y cuándo no. Esto es útil tanto para clientes como para terapeutas, ya que facilita la desconexión emocional al terminar la videollamada.

5. Practicar técnicas de atención plena

Incorporar ejercicios de respiración profunda, escaneos corporales o visualizaciones antes de la sesión puede ayudar a centrar la atención y reducir el estrés acumulado. Estas técnicas también fortalecen la presencia terapéutica y la conexión emocional en un entorno digital.

Digital Samba para la terapia virtual

Combatir la fatiga de las videollamadas no es sólo cuestión de hábitos, también depende de las herramientas utilizadas. Digital Samba ofrece una solución de videoconferencia segura, flexible y optimizada para el bienestar, ideal para sesiones de psicoterapia virtual.

Vídeo fluido y de alta definición

La calidad importa. Digital Samba proporciona vídeo en alta resolución con baja latencia, lo que facilita leer expresiones y matices sin forzar la vista ni la atención.

Interfaz personalizable sin autovisión

Puedes ocultar tu propia imagen durante la sesión para reducir la ansiedad ante el espejo, algo especialmente útil en contextos terapéuticos. Esto ayuda a centrarte en la conversación, no en tu reflejo.

Pausas y horarios adaptables

Digital Samba permite programar sesiones con descansos integrados o sesiones más breves y frecuentes, ideales para reducir la sobrecarga cognitiva y visual de terapeutas y pacientes.

Privacidad robusta y enfoque europeo

Con alojamiento en la UE y cumplimiento estricto del RGPD, la plataforma garantiza sesiones confidenciales sin comprometer la seguridad. Esto permite a los usuarios relajarse sabiendo que su información está protegida.

Compatible con varios dispositivos

Desde móvil hasta ordenador, Digital Samba se adapta al entorno del usuario, permitiendo sesiones más cómodas, incluso en movimiento o desde espacios tranquilos.

Conclusión: Redefiniendo el bienestar digital en la era del teletrabajo

La fatiga visual, mental y emocional generada por las videollamadas prolongadas es una realidad creciente en el contexto del teletrabajo y la terapia online. El “cansancio de Zoom” va más allá de una simple incomodidad: impacta en la concentración, la productividad y, en especial, en la salud mental. Comprender sus causas —como el contacto visual intenso, la carga cognitiva elevada y la incomodidad física— es el primer paso para prevenirla.

Frente a este desafío, las soluciones tecnológicas juegan un papel clave. Herramientas como Digital Samba no sólo facilitan las sesiones de videollamada, sino que están diseñadas para proteger la experiencia emocional y visual del usuario. Desde ocultar la autovisión hasta permitir pausas estructuradas, cada detalle cuenta cuando se trata de reducir la fatiga y mejorar la conexión terapéutica.

Tanto si eres terapeuta como paciente, adoptar buenas prácticas y utilizar plataformas centradas en el usuario marcará la diferencia. No se trata sólo de seguir conectados, sino de hacerlo de forma saludable, segura y sostenible.

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FUENTES:

  1. Bailenson, J. N. (2021). Nonverbal Overload: A Theoretical Argument for the Causes of Zoom Fatigue. Technology, Mind, and Behavior, 2(1). Consultado el 4 de noviembre de 2024:
  2. Nesher Shoshan, H., & Wehrt, W. (2022). Understanding "Zoom fatigue": A mixed-method approach. Applied Psychology, 71(3), 827-852. Consultado el 4 de noviembre de 2024
  3. Dion, L. (n.d.). Overcoming Fatigue in Teletherapy [Blog]. Instituto de Formación en Terapia de Juego Sinérgica. Consultado el 4 de noviembre de 2024
  4. Geller, S. (2020). Cultivando la presencia terapéutica online: fortaleciendo las relaciones terapéuticas en las sesiones de teleterapia. Counselling Psychology Quarterly, 34(3-4), 687-703. Consultado el 4 de noviembre de 2024
  5. Enns, V. (19 de abril de 2021). Building Counselors' Resilience to Zoom Fatigue.
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