Las reuniones por Internet ofrecen una ventaja competitiva enorme frente a los desplazamientos presenciales, por lo que resulta impensable que el mundo empresarial las deje de lado. Si vas a hacer negocios en 2025, es muy probable que una parte importante de tus comunicaciones sea online, y las más importantes se realicen a través de videoconferencias.
Tabla de contenidos
5. Pantallas
6. Micrófonos
7. Altavoces y auriculares
8. Conexión a Internet
9. Extras opcionales
10. Resumen final
Las salas de videoconferencia son las nuevas salas de juntas.
Desde la perspectiva de una reunión de negocios online, imagina los dos casos siguientes de alguien que asiste a una videoconferencia importante, por ejemplo, sobre una posible fusión o adquisición.
Alguien asiste a la reunión desde su teléfono móvil. No tiene un soporte, así que intenta sujetarlo con la mano o lo apoya torpemente sobre cualquier cosa que tenga en el escritorio. La cámara queda inclinada hacia arriba, prácticamente enfocando su nariz.
El sonido es metálico y poco claro, porque usa el micrófono incorporado del teléfono, y a veces se oyen voces de fondo porque también utiliza los altavoces del propio móvil.
Su conexión a Internet va por wifi, y se nota: hay retrasos, la imagen se vuelve pixelada y en ocasiones se corta a mitad de frase. Otras veces parece que el fallo es tuyo, y la reunión se interrumpe para resolverlo.
— “¿Eres tú o soy yo? ¿Me oyes? Hola… vale, creo que el problema está en tu lado.” —
Todos hemos escuchado ese intercambio alguna vez. Y siempre acaba ocurriendo, por muy importante que sea el tema de la reunión, cuando la conexión no está a la altura.
Otra persona asiste a la reunión desde su ordenador de sobremesa. Utiliza una cámara dedicada con salida HDMI que ofrece una imagen nítida en alta definición. Tiene un micrófono de diafragma fuera de plano que capta su voz con la misma claridad que si estuviera en la misma habitación.
Detrás de él hay un fondo perfectamente cuidado. ¿Será su casa decorada con gusto o un fondo con croma? No se nota la diferencia.
No hay retrasos ni cortes, y lo mejor es que te olvidas por completo de la plataforma o del medio de comunicación. La conversación fluye con naturalidad, como si fuera en persona. Entonces, de repente, te das cuenta de que tiene una presentación preparada y recuerdas que, efectivamente, estáis delante de un ordenador.
Durante la reunión, dirige una visita virtual en CAD del proyecto que se está discutiendo y, al terminar, comparte el archivo con todos los asistentes para que lo tengan disponible.
Todos salen de la reunión mentalmente preparados y técnicamente equipados para dar el siguiente paso.
Lo importante es entender que no se trata solo de elegir entre dos extremos, sino que existe un amplio espectro de posibilidades intermedias. Cada nivel de preparación se encuentra en algún punto entre esos dos ejemplos opuestos de participación en una videoconferencia.
Aunque las plataformas de software de videoconferencia pueden diferir en funciones o diseño, desde el punto de vista del hardware y la producción de vídeo hay ciertos elementos que siempre marcan la diferencia. Estos son los componentes que forman el mejor conjunto de equipos para videoconferencias profesionales.
Los elementos básicos del hardware para videoconferencias pueden cubrirse perfectamente con un portátil o un teléfono móvil. Si tu única necesidad es poder conectarte a una reunión, esos dispositivos pueden ser suficientes. Sin embargo, suelen permitirte participar como asistente, no tanto organizar o copresentar reuniones de manera profesional.
El verdadero reto no es poder conectarse, sino hacer videoconferencias con calidad profesional sin gastar demasiado.
Aunque los teléfonos y portátiles incluyen todo lo necesario para participar en una videollamada, la clave de una configuración profesional está en separar cada elemento de la producción de vídeo y convertirlo en un componente independiente que, al unirse, forme un sistema completo y coherente.
Veamos cada uno de estos elementos por separado y exploremos qué opciones reales existen para montar tu propio equipo de videoconferencia profesional sin gastar una fortuna.
Es importante tener en cuenta que las opciones cambian con el tiempo, por lo que conviene comprender qué parámetros definen una buena cámara antes de analizar los modelos concretos que hoy ofrecen una calidad profesional de videoconferencia con un presupuesto razonable.
Las cámaras tienen dos especificaciones principales que realmente importan: la tasa de fotogramas y la resolución.
Para que la imagen se vea bien, la cámara debe ofrecer al menos 30 fps (fotogramas por segundo).
Para que se vea realmente fluida y profesional, 60 fps es lo ideal.
La resolución puede resultar un poco más confusa de interpretar. Técnicamente, es la cantidad de líneas de imagen mostradas en una proporción determinada. Las cifras más comunes son 720p, 1080p, 2K o 4K. El término “HD” (alta definición) es más bien un reclamo comercial: 720p era antes el estándar de alta definición y sigue siéndolo en dispositivos móviles.
Otro punto que puede generar confusión es el número de megapíxeles, que mide cuántos puntos de luz capta el sensor de la cámara. Aunque los megapíxeles no lo son todo, influyen en el nivel de detalle y nitidez: más megapíxeles, mejor calidad.
No hay que olvidar las opciones de conexión. Para tener buenas videoconferencias, la cámara debe poder conectarse fácilmente al ordenador.
La opción más sencilla y fiable es USB, preferiblemente USB 3.0 (aunque USB 2.0 también funciona).
Evita cámaras que solo se conecten por wifi o salidas HDMI poco comunes: suelen ser complicadas y poco prácticas.
Por último, hablemos del precio. Aunque normalmente precio y rendimiento están relacionados, no siempre lo más caro es mejor. Las cámaras de los teléfonos actuales tienen una calidad extraordinaria y cuestan apenas unos pocos euros como componente. En cambio, hay cámaras independientes de miles de euros que ofrecen peores resultados. La tecnología mejora constantemente, las líneas de suministro cambian y el precio no siempre refleja la calidad real.
A continuación, veamos algunas opciones excelentes que podemos recomendar con total confianza.
La cámara SQ11 es una opción básica pero sorprendentemente eficaz. Ofrece una resolución de 1080p y suele costar menos de 20 $. Se conecta por USB, por lo que puedes usarla fácilmente como webcam.
Existen multitud de fabricantes que venden este pequeño módulo, y se utiliza para todo tipo de cosas: drones, cámaras de seguridad, cámaras traseras para coches, entre otros usos. Su bajo precio y su rendimiento aceptable la convierten en una opción muy versátil.
Incluso incluye un micrófono integrado (aunque no se recomienda usarlo, ya que la calidad de sonido es bastante limitada). Además, cuenta con puntos de montaje para trípodes u otros accesorios, lo que la hace más práctica dentro de su gama económica.
La Logitech StreamCam es una de las cámaras más populares entre los creadores de contenido. Está diseñada y pensada específicamente para streaming profesional, por lo que incluye todas las características que facilitan su uso en ese contexto.
Piensa en ella como una versión claramente superior a la SQ11 en cuanto a calidad de retransmisión, aunque su precio sea entre 5 y 8 veces mayor, situándose entre 100 y 160 $.
El punto fuerte de la StreamCam es su capacidad de emitir a 60 fps, algo que la SQ11 no puede hacer, ofreciendo así una imagen mucho más fluida y profesional.
La Sony ZV-1 está diseñada para creadores de contenido y vloggers. Con un precio que supera los 700 $, no es una cámara de iniciación, sino una opción de mejora para quienes ya se dedican a la creación de contenido y buscan dar un salto de calidad en su producción.
Por supuesto, esta no es una lista exhaustiva de cámaras válidas para retransmisiones en directo, pero sí muestra una buena gama de ejemplos que funcionan bien y cubren distintos niveles de presupuesto y exigencia.
La pantalla es el medio a través del cual ves a los demás participantes de la reunión. Normalmente se asume que será un monitor de ordenador, y en el 90 % de los casos eso es más que suficiente.
Sin embargo, en algunas situaciones puede merecer la pena usar un televisor: por ejemplo, si va a haber muchos asistentes o si varias personas compartirán un mismo equipo durante la videoconferencia.
En realidad, lo más importante es que elijas lo que te resulte más cómodo. Aquí no hay respuestas incorrectas: cualquier pantalla que te permita ver bien y participar con naturalidad es la adecuada.
Los micrófonos tienen muchas menos especificaciones a las que prestar atención que las cámaras; en esencia, son dispositivos más simples. Casi todos los equipos con cámara —como portátiles o teléfonos— traen un micrófono incorporado, pero no es recomendable usar esos micrófonos internos para retransmisiones en directo o videoconferencias. Lo ideal es contar con un micrófono dedicado.
Dicho esto, los micrófonos pueden volverse bastante técnicos: gráficos de respuesta de frecuencia, condensador vs dinámico, y muchas opiniones subjetivas de entusiastas. Para el propósito de streaming o videoconferencias, lo que realmente necesitas es un micrófono que suene claro a cierta distancia, para no tener que preocuparte por golpearlo o moverlo constantemente. En resumen: cuanto más sencillo de usar, mejor.
Otro aspecto importante es la conexión. Conviene elegir un micrófono con interfaz USB. Muchos modelos de gama alta usan conectores XLR o ¼”, pensados para mesas de mezclas o equipos de audio profesionales. Aunque esa puede ser una opción interesante si vas a retransmitir con varias personas desde un mismo ordenador o montar una sala de conferencias física, en la mayoría de los casos, un micrófono USB es la opción más práctica y versátil.
Veamos algunas opciones de micrófonos que pueden adaptarse a ti:
Blue Snowball. Es un micrófono USB que capta la voz con mucha claridad y mantiene un buen sonido incluso a cierta distancia. Suele costar alrededor de 40 $ y viene con su propio soporte incluido, por lo que es una opción muy práctica para empezar.
Samson Q2U. Este micrófono es otro buen ejemplo de calidad y versatilidad, ya que puede funcionar tanto con conexión USB como XLR. Suele tener un rango de captación más corto que los micrófonos de la serie Blue, por lo que conviene acercarse un poco más para aprovechar su calidad al máximo.
Su precio ronda los 65 $, lo que lo mantiene en la misma franja que otros micrófonos USB, pero con un rendimiento que compite con equipos de nivel profesional. Además, incluye una salida de audio de 3,5 mm que permite monitorizar el sonido en tiempo real, una característica muy útil para ajustar el audio durante las videoconferencias o grabaciones.
El Shure MV7 ofrece la mejor calidad de sonido disponible mediante conexión USB. Su precio supera los 200 $, y es el micrófono preferido por podcasters, creadores de contenido y profesionales del audio.
Pertenece a Shure, una marca que domina el sector del audio profesional desde los años 60 —solo hay que recordar el legendario SM57. El MV7 incluye, al igual que el Q2U, una salida de auriculares integrada para monitorizar el sonido en tiempo real, lo que lo convierte en una herramienta ideal para quienes buscan calidad de estudio y fiabilidad en sus videoconferencias o grabaciones.
La mayoría de las personas usan los altavoces integrados de su dispositivo para asistir a reuniones virtuales. Aunque esto resulta cómodo, tiene un inconveniente frecuente: el acople o retroalimentación del micrófono. Incluso con los mejores algoritmos de cancelación de ruido de las plataformas de videoconferencia, suele aparecer algo de reverberación cuando se usan altavoces externos.
Por eso, se recomienda que los asistentes a las reuniones utilicen auriculares. Aíslan gran parte del ruido ambiente y ofrecen una percepción más clara y directa del sonido, permitiendo escuchar mejor a los demás participantes.
Como el tipo de auriculares que uses no afecta a los demás, la elección dependerá sobre todo de tus preferencias personales y de la forma en que conectes el audio a tu ordenador o dispositivo.
La mayoría de los ordenadores disponen de una salida de audio de 3,5 mm, e incluso de dos. De forma práctica, casi todos los auriculares también utilizan ese mismo conector. Además, existen muchos adaptadores de 3,5 mm a USB, por si prefieres usar una conexión digital. Si usas auriculares Bluetooth con el móvil, también puedes emplearlos en el ordenador mediante un adaptador Bluetooth-USB; solo tendrás que emparejarlos una vez conectado el adaptador.
Asegúrate de que tus auriculares estén configurados solo como salida de audio, ya que en algunos casos pueden detectarse también como micrófono. En los ajustes del software de videoconferencia puedes comprobar qué altavoces y micrófono está utilizando. Normalmente verás una lista desplegable con todos los dispositivos conectados; revisarla puede evitar confusiones o problemas de sonido durante tus reuniones.
La conexión a Internet también forma parte del hardware de tu configuración de videoconferencia. Siempre que sea posible, utiliza una conexión por cable Ethernet en lugar de depender del wifi.
Vale la pena invertir en un hub USB con adaptador Ethernet integrado para incluirlo en tu equipo habitual. De este modo, tendrás una conexión estable y por cable, mucho menos vulnerable a cortes o interferencias, garantizando una experiencia fluida y profesional durante tus reuniones online.
Existen varios accesorios opcionales que no son imprescindibles, pero merece la pena mencionarlos. Su papel en las videoconferencias profesionales suele ser secundario, aunque en determinadas situaciones pueden resultar muy útiles para mejorar la calidad o la comodidad de tus reuniones.
Iluminar bien tu rostro para que la cámara te vea con claridad es un aspecto importante de toda videoconferencia. Basta con encender una lámpara de escritorio adecuada para conseguir un resultado más profesional.
Existen productos específicos diseñados para esto, pero lo cierto es que entender la iluminación es bastante intuitivo. Con un poco de sentido común —evitando sombras duras o contraluces— puedes lograr una imagen clara y agradable sin necesidad de equipos voluminosos o especializados.
La verdadera razón para usar una pantalla verde es la privacidad. La mayoría de las personas hacen videollamadas desde casa, y el fondo real puede resultar distractor o poco profesional, e incluso un poco incómodo. Un croma crea una barrera visual entre tu vida profesional y personal, ayudándote a mantener una imagen más cuidada durante tus reuniones.
Además, son bastante asequibles. Si decides hacerte con una, elige una pantalla que se extienda en horizontal y tenga dos soportes laterales. Son mucho más estables y ajustables, fáciles de colocar sin complicaciones y menos propensas a volcarse que las que solo tienen un soporte central con barra horizontal.
En muchos casos, no será necesario instalar software adicional, ya que las plataformas modernas de videoconferencia gestionan muy bien la transmisión en directo desde tu dispositivo. Muchas incluso detectan automáticamente las pantallas verdes, aplican fondos virtuales, realizan cancelación de ruido y otros ajustes, todo de forma automática y en segundo plano.
Sin embargo, si quieres tener un control más preciso sobre cómo se produce tu señal de audio y vídeo —por motivos de calidad o producción—, puede interesarte gestionar tú mismo el flujo de transmisión dentro de tu configuración.
Para ello, tus mejores opciones prácticas son OBS Studio, o su versión adaptada para creadores, StreamLabs OBS (SLOBS).
Es importante destacar que no son herramientas de videoconferencia, sino software de captura de vídeo que las aplicaciones de videollamadas pueden usar como fuente de entrada (aunque no es obligatorio). Si buscas un nivel de calidad superior en tus reuniones o transmisiones, estas herramientas son opciones complementarias muy recomendables.
En el mundo actual de las videoconferencias profesionales, lo que realmente define el nivel de profesionalidad es la preparación. El hardware tiene un papel importante, pero no lo es todo.
Puedes estar perfectamente preparado para asistir a una reunión online con solo un soporte para el móvil, unos auriculares con micrófono integrado decente, buena iluminación y una conexión wifi estable. Al mismo tiempo, puedes tener todo el equipo del mundo y aun así parecer poco preparado si no sabes cómo usarlo correctamente.
Algunos dispositivos son tan versátiles que se pueden recomendar a cualquiera que participe en retransmisiones o reuniones online:
La cámara SQ11, por ejemplo, es tan económica y práctica que incluso cabe en un llavero y puede sacarte de un apuro en muchas situaciones.
El micrófono Samson Q2U ofrece una excelente relación calidad-precio y funciona tanto por USB como por XLR.
Unos auriculares con cable de 3,5 mm, un adaptador de audio de 3,5 mm a USB y un hub USB con adaptador Ethernet integrado son accesorios útiles para cualquier persona interesada en hacer videollamadas o streaming con fiabilidad.
Las videoconferencias siempre tendrán un componente técnicamente desafiante, por muy preparado que estés. Por eso es importante usar un software de videoconferencia confiable, que te ofrezca soporte cuando lo necesites.
Digital Samba busca precisamente eliminar la mayor cantidad posible de dificultades técnicas, ofreciendo una experiencia estable, segura y profesional. Y lo más importante: estamos aquí para ayudarte.
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